![]() |
Iván Ibarra |
Saludando a todos los que me leen por acá les comento que por fin les traigo mi aventura por Oaxaca que tanto les había postergado.


Recorrí parte del centro histórico hasta llegar al mercado y después a la catedral, tomé mil fotos...
El cielo tan azul y las pocas nubes tan blancas le daban un maravilloso contraste a cada construcción que conformaba el paisaje captado en cada una de las imágenes que maravillaban mis ojos y de esa misma manera las intentaba inmortalizar y grabarlas en mi memoria.

A través de mi experiencia en cada viaje que he realizado me he comprobado que la mejor manera de descubrir los lugares es en las conversaciones de la gente misma, de voz de las personas que los habitan. Hay historias que nunca conoceríamos si no fuese por la experiencia de ellos mismos y de lo que nos cuentan a través de sus conversaciones y experiencias de vida.
Tuve la fortuna de conocer a dos personajes de los cuales uno de ellos se distingue mucho. Mi gran amigo Miguel Ángel. ¡Nuestras conversaciones duraron horas! Con él hubo una conexión extrañamente placentera. Lo que les puedo decir es que mientras él me intentaba descifrar yo hacía lo mismo durante la plática descubriendo que es un hombre dedicado, entregado, decidido, trabajador, tierno, amigable o como dice él "socialmente funcional", buen compañero, ameno, puede ser que sea muy romántico, controlador, líder racional, terco, se ve que tiene su carácter, sabe escuchar y en cada historia imprime su pasión por su bello estado y sabe comunicar ese amor por Oaxaca a la perfección en cada uno de sus relatos. Personaje que quizá llegó para quedarse en mi historia y al cual le estoy teniendo un aprecio muy especial.
También tuve la oportunidad de hacer un mini tour en el que conocí Hierve el agua, una fábrica de mezcal, otra fábrica de textiles, el árbol más grueso del mundo y la zona arqueológica de Mitla.

Oaxaca se quedó en mi...
Tal vez era el momento justo para nuestro encuentro,
aprendí tu historia mientras caminaba por tus calles,
tu gente, tu comida, tus monumentos hechos templos,
tu cielo azul profundo ruborizado con las nubes más blancas,
tus marías que atienden en los mercados,
se contonean en sus enaguas por tus calles, tus plazas,
ofrecen su rica comida y sus maravillosas artesanías,
con sus benditas manos de creadoras,
cuentan historias con una sonrisa en sus rostros,
sonrisa de orgullo y pasión por su tierra,
benditas son sus trenzas que adornan las cabezas,
en la que soportan charolas, jarros que trasladan de lado a lado,
sus espaldas adornadas con rebozos que desprenden experiencia,
hechos para portar de brazo a brazo.
Ese es Oaxaca, ese es mi México, tan fantástico, tan lleno de corazón!
0 comentarios:
Publicar un comentario