lunes, 29 de marzo de 2021

El síndrome del impostor


Hoy quisiera comentar sobre un tema con el que me he topado recientemente y que me he dado a la tarea de investigar un poco más para poder entenderlo, procesarlo y tratar de generar estrategias para quienes posiblemente lo padecemos. Se trata del síndrome del impostor.

Según el diccionario de la RAE, síndrome es el conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado y también lo define como el conjunto de signos o fenómenos reveladores de una situación generalmente negativa.

Y cuando nos referimos al síndrome del impostor podemos encontrar que se refiere al "fenómeno psicológico que describe nuestra incapacidad para internalizar los méritos como propios y el miedo infundado a ser señalados como farsantes" (Mann, S. 2020, p.11).

Hubo un momento en el que en una tutoría en la cual estábamos en línea con una maestra, le comenté a una de mis compañeras, experiencias de vida que a lo largo de mi historia he tenido, y que, al contrastar ahora mi vida actual y notar el escalamiento que me ha llevado tener una calidad de vida mucho mejor que ese entonces, me mencionó que si ya conocía el síndrome del impostor, comentario que me sorprendió cuando estaba describiendo textual: "es una característica que he notado en ti, de que, cuando alguien describe o reconoce una cualidad tuya referente a uno de tus logros profesionales, inmediatamente argumentas algo que minimiza ese comentario con otro, atribuyendo que se debió a la casualidad, o que, cualquier persona en tu lugar hubiese corrido con la misma suerte". 

Ese día, terminando la sesión virtual corrí a investigar un poco más sobre el tema, ya que he de confesar que me causó bastante ruido porque quizá mi compañera tenía razón, y me preguntaba cómo es que se trataba de un síndrome, ni siquiera imaginaba que existía, pero estaba a punto de averiguar de qué se trataba y en qué consistía.

En mi búsqueda encontré el primer libro de Sandi Mann (2020) y empecé a revisarlo, desde las primeras páginas me quedé un poco asombrado de cómo, en cada ejemplo que supone el libro acerca de este síndrome, relata casos de personas que lo padecen y contrastan con algunos eventos en mi vida, pasados y presentes. Tan lleno de asombro me devoré el libro; Después seguí investigando otros autores, material en la red, e incluso, me encontré que existen podcast en donde se habla sobre este fenómeno, algunos de los cuales les comparto al final de esta entrada.

Hoy que entiendo este fenómeno, y que me he dado a la tarea de escribir sobre él, te voy a contar cuáles características principales son las que definen a una persona que lo padece.

Algunas características de las personas que padecen del síndrome del impostor:

  • Los éxitos personales y profesionales se atribuyen al azar.
  • Bajo sentido de autocompasion.
  • Alto sentido de la autocrítica.
  • Sensación de estar engañando.
  • Temor de ser descubierto.
  • Alto sentido de ansiedad.
  • No existe conciencia de los méritos y logros propios.
  • Carencia de autoconocimiento.
  • Sentimiento de inferioridad.
  • Falta de una autoestima clara.
  • Sensación de culpa.
  • Se está acostumbrado a sus propios logros.
  • Asumir que su vida depende de sí mismo.
  • Se necesita un pretexto para sentirse merecedores de algo.
  • El cerebro fija su atención más en las fallas.

También llegaron a mi cabeza algunos cuestionamientos que planteaban que este fenómeno se centraba en la autoestima, porque "las personas con una autoestima global sana sienten mayor control sobre su miedo, creen que el éxito de sus acciones depende de ellos y de sus habilidades” (Olmedo, 2014, p.153).  

Existen muchas personas con baja autoestima que buscan validación de sí mismos en las diferentes redes sociales, ya sea con puntos de vista o incluso fotografías que denoten un estilo de vida en particular. El grado de aprobación, en estos casos, que nos concede la sociedad se mide con el número de interacciones que se tiene en las distintas publicaciones, midiendo de esta manera nuestro "éxito y calidad de vida". Cuanto más baja sea la autoestima, más susceptibles nos volvemos a desarrollar el síndrome del impostor, ya que existe una dependencia hacia la opinión de los demás.

Pero de ahí podemos también revisar las etapas del del crecimiento por las que pasa cualquier ser humano y centrarnos en el entorno familiar, ya que existe una etapa de la evolución en donde se empieza a desarrollar el estima por uno mismo, esa etapa donde echamos mano de nuestro entorno para comenzar a saber quienes somos de manera casi inconsciente. Es en esta parte donde pudieran generarse algunos eventos que definan nuestra seguridad ante el mundo presente y futuro. Martín (2017) explicó:

"Todo ser humano y, en especial el niño tiene unas necesidades emocionales que su contexto familiar debe encargarse de satisfacer pero que, en ocasiones, y debido a disfuncionalidades de ese entorno, quedan desatendidas o se ven violadas provocando secuelas en el futuro adulto, ya que las experiencias tempranas vividas en ese contexto disfuncional le hacen elaborar un "esquema temprano desadaptativo". (p.358).

Es entonces, en el entorno familiar donde quizá comience el desarrollo de este fenómeno sin darnos cuenta, para que, durante la vida atribuyamos cualquier tipo de logro, el que se tuviese a la suerte. Pero, quizá no tomamos en cuenta que “la buena suerte no existe, es una mezcla de perspicacia y oportunidad.” (Rovira, 2019, p.99).

Veamos el caso en donde, en casa, existen dos hijos, uno de ellos al que llamaremos Pedro, se distinguirá por sacar siempre buenas notas y quizá sea presentado como "Pedro, el hermano inteligente" ante familiares y amigos. Por otro lado tenemos al otro personaje, el otro hermano (al que llamaremos Juan), que, con lo que Juan crece, es con esta figura de tener un hermano super inteligente. Quizá todos los esfuerzos que Juan realice a lo largo de su vida, nunca serán suficientes comparados con los logros de su hermano Pedro que le hace sombra. Cualidad que a lo largo de su vida le hará desarrollar el síndrome del impostor que le diga que por más que se esfuerce, nunca será lo suficientemente bueno.

Valdría la pena, que las persona que experimentan el fenómeno del síndrome del impostor revisen cada uno de sus logros y el esfuerzo, la dedicación, la pasión, la entrega con la que ha desarrollado cada actividad ya que “la atribución persistente del éxito a factores externos, como la suerte o un nivel extraordinario de trabajo arduo.” (Mann, 2020, p15).

Existen algunas personas que no internalizan cada éxito personal, o cada logro profesional, y si tú crees que también padeces o te has identificado con las características del síndrome del impostor te dejo una serie de consejos que podrías poner en práctica para saber sobrellevarlo.

  • Deja de compararte con los demás.
  • Acepta que tienes responsabilidad en tus propios éxitos.
  • Rodéate de buenos amigos para conversar cuando te sientas un fraude.
  • Anota las cosas en las que crees ser bueno y revísalas de vez en cuando.
  • Cuando se trata de valorarse a uno mismo, sé objetivo y utiliza los mismos métodos de valoración que utilizarías hacia otras personas.
  • Recuerda que equivocarse es normal.
  • Trata de romper la dependencia a la opinión de los demás.

Si estás interesado en investigar más sobre este fenómeno te dejo el siguiente video y el siguiente podcast en donde podrían ampliar más el conocimiento al respecto.


Referencias:

Olmedo, S. (2020). Mis sentimientos erróneos. Penguin Random House Grupo Editorial.

Mann, S. y López, S. (2020). El síndrome del impostor: Cuando creemos (erróneamente) que nuestro                logros se deben a la suerte (1.a ed.). Ediciones Urano Mexico.

Rovira, A. (2019). La buena suerte. Ediciones Culturales Paidós S. A. De C. V.

Martin, G. (2016). Quiérete Mucho, Maricón (1o ed.). Roca Editorial.



2 comentarios:

Oscar dijo...

Cada vez mas centrado, maduro y consiente, cualidades maravillosas de ti que apreciaré por siempre. Un abrazo fuerte.

Lupitaglez1209 dijo...

Gracias por tan importante información, ya que muchos llegamos a padecer este síndrome sin darnos cuenta, la realidad del individuo es entender que no somos perfectos, y que , cometemos errores, capaces de hacer grandes cambios por méritos propio.