Caminando y aprendiendo entendí que soy libre, que esta vida no sólo podría ser maravillosa, ya lo es. Que de hoy depende que mis sueños se conviertan en una realidad....
Recuerdo hace años, cuando radicaba en Cd. Juárez. Yo, con tan sólo 15 años ¡Un reverendo puberto! caminando por la calle 16 de septiembre, (una de las calles principales del centro) pensando, soñando...
Miles de cosas rondaban mis pensamientos; Ingenuo niño que cree que en el mundo no existe maldad alguna. Uno de mis más grandes deseos era comprar el C.D. de algún grupo pop del momento, pensando en qué canción sería la adecuada para poner en una fiesta. Creyendo que algún día tendría el dinero suficiente para adquirir uno de esos aparatos móviles con señal para hacer llamadas, o una computadora de escritorio... (¡Unos zapatos bonitos!).
Miles de cosas rondaban mis pensamientos; Ingenuo niño que cree que en el mundo no existe maldad alguna. Uno de mis más grandes deseos era comprar el C.D. de algún grupo pop del momento, pensando en qué canción sería la adecuada para poner en una fiesta. Creyendo que algún día tendría el dinero suficiente para adquirir uno de esos aparatos móviles con señal para hacer llamadas, o una computadora de escritorio... (¡Unos zapatos bonitos!).
Caminando por las vías del tren, pateando piedras mientras pensaba qué ingrata era la vida, que yo debía hacer algo con ella para cambiarla de rumbo. Que algo o alguien aparecería en ella que haría que las cosas fueran distintas de lo que estaba a penas descubriendo.
Caminando por las vías del tren de Ciudad Juárez aprendí que la vida es un regalo maravilloso, una oportunidad grandiosa de generar maravillas, que la voluntad es una virtud espectacular con la que cuenta el ser humano, que sin ella, nada, ni esas vías de tren jamás existirían...
La vida, en un inicio, es una plataforma, es como un escenario sin nombre ni telar alguno en el que tú eres el personaje principal. El único responsable de fabricar historias, ¡de vivirlas y disfrutarlas!
La vida, en un inicio, es una obra sin guión ni luces, un libreto en el que tu te encargas de colocar cada frase, cada experiencia. Tú decides si esos personajes que van emergiendo en ella trascienden o dejan de tener la importancia de ayer...
La vida, en un inicio, es una hoja en blanco en la que vas colocando cada letra, cada frase. Un verso sin rima que al final va creando una biblioteca en múltiples tomos que no cabrían en una biblioteca por muy inmensa que ésta sea.
La vida, es plataforma, una obra sin guión, una hoja en blanco...
Esta vida es tú historia en la que colocas cada telar, cada personaje, cada guión, cada acto, cada momento que decides colorear, iluminar, amueblar según te venga en gana.
¿EL FINAL? ...Puede ser hoy!
Dedicado a Oscar Hernández!