viernes, 16 de marzo de 2012

Reflexiones...

...hoy es uno de esos días en los que me entraron una serie de pensamientos que rodaron durante todo el día mi cabeza...

Hay cosas que nunca, por más libros que lea y por más películas que vea, por más vivencias que tenga voy a poder entender, pero agradezco a la vida el poderme sentir vivo, de partirme la madre una vez y otra y otra, tengo una capacidad de amar increíble, principalmente eso, el estar vivo, el poderme parar cada mañana y respirar el aire matutino de ese sol acariciando las casas, los suelos, la tierra.

He visto los amaneceres de varias partes de cada uno de los lugares que dios me ha permitido pisar y aunque son distintos (y vaya que si) nunca dejan de sorprenderme, por ejemplo, a veces hay días mojados, grises, con olor a café matutino, increíblemente sorprendentes en donde puedes disfrutar (si así lo prefieres) cada gota de lluvia sobre tu rostro, sobre tus manos. Hay otros donde el calor es inmensamente refrescante, donde la sábana que cubre mi pelvis es deliciosamente acariciable...

Y qué decir de las noches... Recuerdo cuando conocí el mar, estaba yo solo viendo caer el sol que se escondía entre la marea poco a poco, y cada vez que pasaban los minutos parecía un tono más rojizo, tanto que pintaba el cielo, el mar de un color tan asombroso que jamás podría cambiar ese momento por cualquier otro en la vida... esa es la naturaleza, llena de complejidades que te hacen tener las sensaciones a flor de piel...

Otra de las cosas que nunca me he explicado y yo creo que ahí seguiré son las relaciones entre seres humanos, si bien me he topado con todo tipo de gente hasta el día de hoy (y los que me faltan). A veces es fácil juzgar dede fuera de una relación y establecer un juicio desde lo que a simple vista se ve. Recuerdo que en un libro que leí mencionaba que la sociedad nos orilla a vernos con alguien, y si eso no sucedía pues entonces algo estaba mal, gracias a dios pude entender ese punto y aprendí a disfrutarme a mí mismo, a poder caminar, viajar, sentarme en la orilla de la barra de cualquier bar a observar a la gente mientras disfruto de algún trago.

De las pocas veces que he tenido la oportunidad de viajar, y digo pocas porque no lo hago como a mi me gustaría, fui a san luis potosí (en mi segunda vez que visitaba aquel lugar) pero en esta ocasión fui solo, y digo solo realmente, conocí a la gente de aquel lugar un poco más que en la primera ocasión, y poniéndome a comparar creo que la primera vez magnifiqué mucho unas cosas y me limité a conocer otras tantas que ahora me parecen grandiosas, pude ir a un centro nocturno y embriagarme hasta donde dios me dio a entender y observaba a la gente pero no en plan de ligue si no como comparando los comportamientos, las actitudes, las vestimentas, los manerismos, la forma en como reaccionaban y se movían al ritmo de aquella ensordecedora música.

Estas cosas que quizá solo en mi cabeza suceden me hacen tener una visión mucho más amplia de la vida, quizá también de ahí mi amor por ella.

Hoy día, sentado aquí en mi cuarto, a oscuras, escuchando a Damien Rice, con mi cigarro en mano y unos tragos de tequila me pongo a pensar en mi actual situación... me entrego al tiempo y a mi sabiduría que hasta hoy he obtenido... yo solo escucho, opino poco pero trato de ser paciente (gracias Dios por mi paciencia) aquí me siento y observo, escucho cuando la vida me quiera comunicar algo y me muestro como soy, sin pose alguna, así, natural, no critico ni juzgo, solo veo y callo...

(en este momento, suspiro, prendo otro cigarrillo, le tomo un trago a la botella de tequila mientras escucho música reflexiva...)